Alex y su amigo Lalo organizan fiestas estrafalarias. Alex festeja sus veinticinco años en grande. Al otro día le informan que tiene que hacerse cargo de la fábrica de ropa de su padre y él y Lalo descubren que está en quiebra pues la competencia roba modelos exclusivos y los lanzan primero. Disfrazados de afanadoras descubren que la competencia está en manos de Olga y Verónica, amores imposibles de ellos, quienes también se disfrazan para hurtar los modelos. Al fin triunfa el amor y Alex puede sacar a flote la fábrica uniéndola con la empresa de las jóvenes.