A mediados del siglo XX, se produjo un fenómeno único. Un desgarbado sueco, a punto de cumplir cuarenta años, comenzó un período de producción cinematográfica sin precedentes. Entre 1957 y 1963, filmó algunos de los más grandes clásicos de la historia del cine, produjo varias creaciones teatrales para las tablas y la radio, y dirigió seis películas para televisión. En el mundo del cine, Ingmar Bergman es un personaje único e inimitable.