Dos años después de su debut se estrena el Mexican Rataplán del empresario teatral José Campillo, con Roberto Soto, Lupe Vélez y Delia, una parodia del bataclán francés que alcanzó un inusitado éxito y elevó a la categoría de divas a la Vélez y la propia Magaña, poco después inicia una gira por Centroamérica. En 1929 el productor Robert J. Flaherty llega a México a instancias de la Fox para seleccionar a una nueva estrella. Nada más ver a Delia la invita a hacer un casting, pero por pura timidez esta le da plantón tres veces. «Me encontré en el salón con tantas muchachas bonitas y elegantes, casi todas de la mejor sociedad de México -se explicaría ella pasado el tiempo-, que temí un desaire». Cuando finalmente asiste a la audición, Flaherty la invita a un cabaret y tras pedir una botella de champán, le dice: «Magañita (como se la conocía entonces), dentro de un año espero que usted me invite a su hogar de Hollywood a tomar una copa de champán.» Dos semanas justas después recibió el contrato por correo y partió a Estados Unidos, junto a otra seleccionada: Lupita Tovar. A su llegada a Hollywood se organizó para presentarla un cóctel entre cuyos asistentes figuraban Charles Chaplin y Mary Pickford. Poco después empezó a trabajar y llegó a filmar una docena de títulos, En el cine de México, Delia debuta en 1934 en la cinta La sangre manda, pero su creciente éxito en el teatro le impide aceptar más proyectos. Aun así fue quien mejor supo dar la réplica a Roberto Soto, con quien vivió en unión libre.2 Es hasta los años 40 que empieza a forjar una carrera en el cine con papeles de apoyo, los mismo para comediantes consagrados en cine como Joaquín Pardavé en El gran makakikus (1944) y Mario Moreno “Cantinflas” en El siete machos (1951), como para los entonces debutantes Germán Valdés “Tin Tan”, de quien fue dama joven en su primer película: El hijo desobediente (1945), Adalberto Martínez "Resortes" en Voces de primavera (1947) y Manuel Palacios “Manolín” y Estanislao Shilinsky en Dos de la vida airada (1948). Sin embargo sus papeles más recordados fueron el de “la bicha”, que interpretó en Esquina bajan! (1948) y Hay lugar para dos (1949) de Alejandro Galindo, cintas protagonizadas por David Silva y sobre todo con el de la teporocha “la tostada”, novia del “topillos” (Pedro de Urdimalas) e inseparable pareja de “la guayaba”, interpretada magistralmente por una antigua compañera de teatro: Amelia Wilhelmy, en las películas Nosotros los pobres (1947) y Ustedes los ricos (1948), de Ismael Rodríguez y con un elenco de lujo que incluía a Pedro Infante, Blanca Estela Pavón, Evita Muñoz"Chachita", Carmen Montejo, Katy Jurado y Miguel Inclán. También trabajó en televisión, participando en las telenovelas Una noche sin mañana, El medio pelo, Sublime redención, Un original y veinte copias y La voz de la tierra. Delia Magaña siguió trabajando hasta finalizar la década de los 80, se retira definitivamente en 1990 y muere en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1996, víctima de una neumonía. Por su contribución al cine norteamericano su nombre y huella se conservan en la acera del Teatro Chino, en el paseo de la fama de Hollywood.