Miguel Ángel Nadal llegaba a '¡MQB!' advirtiendo que nunca había bailado. Estábamos más acostumbrados a verle correr en un campo de fútbol que en una pista, pero después de diez galas, el deportista ha logrado hacerse con el baile. Ya fuera rock, urban dance o merengue, Miguel Ángel Nadal preparaba su sonrisa y se enfrentaba a la pista. Segundos después, una veloz Pilar Rubio le acercaba una toalla y aguantaba estoicamente las valoraciones del jurado. A lo largo de su paso por el programa, el ex futbolista aprendió a pisar la pista con delicadeza en el vals y con fuerza en el tango, aunque se le escapaba algún que otro pisotón. Con los portés, Nadal daba miedo a sus bailarinas, sin embargo, nunca dejó caer a ninguna de ellas. Y, gala a gala, consiguió lo que más difícil le parecía: Arrancarse la vergüenza, saltar y moverse a ritmos tan sensuales como un chachachá o un merengue.