Han pasado ya cinco días desde que la banda de atracadores entrara en las instalaciones de la Fábrica de Moneda para llevar a cabo el mayor atraco de la historia. 125 horas de encierro con la policía rodeando el edificio, con decenas de rehenes que se han amotinado, que han intentado escapar y que, en algún momento, han conseguido una fuga parcial. El desánimo y el agotamiento comienza a hacer mella. El atraco está llegando a su final. No hay vuelta atrás. O todo, o nada.