En un día normal de trabajo, Ludovico intenta ir al baño. Sin embargo, los baños de empleados están en reparación, por lo que ultima usar el de Don Camerino. Naturalmente, Don Camerino se enoja y le pide abandone el recinto. Por desgracia, unos terroristas han colocado una bomba en el excusado de Don Camerino y lo único que evita que explote es Ludovico sentado ahí. Al final, el inodoro explota con él sentado.