María piensa que la regó. En eso, Albertano sube a la azotea y le pide a María que se den un tiempo. Rosa Aurora se queja de que El Chino agarre su rastrillo, todos se dan cuenta de que está creciendo y ya tiene bigote. María se compra una bola de cristal y le pregunta si Albertano y ella deben darse un tiempo, la bola responde que por lógica sí y María la avienta, rompiendo platos en la fonda que su abuelito le cobrará. Betza le pregunta a la bola si puede surgir el amor entre dos personas que sólo sienten impulsos carnales entre sí. La bola le dice que para el amor no hay imposibles. El Macaco le recomienda a María que busque ayuda psicológica gratuita. Doña Lucha le pide a Rosa Aurora que hable con El Chino ahora que está creciendo, ella intenta hablarle de sexo, pero al hablar de óvulos fecundados, abandonan la conversación y cada quién continúa en lo suyo. María va con un chamán a tomar angeloterapia, quien le dice que tiene a sus ángeles bloqueados y le vende toda una serie de tratamientos para desbloquearlos. Albertano intenta hablar de hombre a hombre con El Chino, pero éste termina explicándole mejor a su hermano mayor. María hace sus rituales en la azotea, pero llegan dos policías a arrestarla, ya que la acusaron sus vecinos de querer prender fuego. Ella llora que lo único malo que ha hecho ha sido enamorarse. Las policías terminan escuchándola e invitándole hasta unas papitas. Doña Lucha lleva al Chino a la Fonda de Cultura Económica para hablarle de sexo, le pide un café y pide para ella una cerveza. Termina contando todo un cuento que escucha interesadísima Betza. Las policías le causan un susto a Albertano, para hacerle un favor a María. María acepta darle un tiempo a Albertano.